Alexandre Postel

Esta historia comienza cuando un vendedor de móviles recibe la noticia de la muerte de su padre con el que mantenía una relación distante. Vuelve al pueblo y se instala en la casa paterna, donde los acontecimientos que tendrán lugar en los siguientes cinco días, después de un descubrimiento aterrador le sumergen en una pesadilla del que le resultará muy dificil salir.
De nuevo, el tono implacable e irónico de Un hombre al margen, que da a la narracíon la forma de una tragedia. El sentimiento de culpa, muy presente en el texto, genera una atmósfera turbia e inquietante hasta la última línea, el lector duda entre la empatía, la rabia y el horror… (mere)

En el fondo, esta historia ya ha sido contada muchas veces: un hombre corriente que, sin comerlo ni beberlo, se encuentra acusado de crímenes horrorosos que no ha cometido. La visión novedosa está en cómo el autor insiste no tanto en la inocencia de su protagonista, de la que el lector a veces duda, sino en que, una vez que has sido socialmente condenado, ni siquiera tu rehabilitación te libera de las sospechas para siempre. Encontramos en esta historia, triste e indignante a la vez, la fuerza de la irracionalidad, la aversión social a la diferencia, las bajas pasiones impecablemente revestidas de urbanidad y legalidad. Lo cierto es que el libro me ha impactado más de lo que esperaba, quizá porque huye de la truculencia o porque combina una narración que, efectivamente, evoluciona, con sugerencias continuas de reflexión. Recuerdo, por ejemplo, el inquietante programa gubernamental (en realidad, pagado con fondos públicos pero en manos de una empresa privada) para "prever" la reincidencia de personas que ya han cumplido su condena. O cómo una periodista convierte una foto de la sobrina del protagonista junto a su piscina en bañador (como la que podemos tener cualquiera) en "la foto de una menor sin ropa". Hacía mucho que una novela contemporánea no me impactaba tanto.… (mere)