Javier Padilla

Un sentimiento recorre nuestras vidas. No es ansiedad, no es depresión, no es euforia ni inquietud. Es, simplemente, que estamos mal. Vivimos en sociedades que hablan de salud mental pero que, en realidad, están hablando de un conjunto de conceptos entremezclados: desesperanza, cansancio, falta de expectativas, estrés, preocupación y dificultad para saber cuándo se acabará ese sentimiento. El malestar del que hablamos tiene mucho que ver con la incapacidad de imaginar un futuro que sea realizable, con la falta de certezas sobre lo que ocurrirá mañana o sobre el reflejo que nos sale al pensar que lo que venga será siempre peor que lo que ya pasó. Ante esto, la primera pulsión de la sociedad parece ser la patologización de ese malestar, ya sea por la vía de la terapia o del psicofármaco. Una opción alternativa, pero igualmente frecuente en ciertos ámbitos, es la negación de la singularidad del sufrimiento y la llamada a la politización como respuesta única posible. En este libro tratamos de abordar los falsos dilemas ante los que nos enfrentamos al hablar de «lo que nos pasa», mirando a las raíces del sufrimiento psíquico y planteando soluciones que no eludan la complejidad del problema. La salida de esta situación generalizada de desesperanza no puede recaer sobre la atención individualizada, sino que alude de forma directa a intervenciones en el ámbito del trabajo, de los derechos de subsistencia y la ampliación a derechos vinculados a los valores posmateriales —autonomía, libertad de expresión, desarrollo de la democracia, etc.— y que son los que hacen que nos podamos permitir pensar en la conquista del futuro.… (mere)

Un ensayo corto para reflexionar sobre la sanidad que tenemos y la que necesitamos que comienza con un elogio a los cuidados como primera obligación para recuperar lo comunitario. Es por eso que incide en que debemos alejar de la visión individualista que tiene el neoliberalismo de la medicina y de la sociedad en general. “Eso es (o debería ser) el sistema sanitario público (…) un sostén para cuando no podamos caminar en la vida y, a la vez, un rehabilitador para capacitarnos hacia la autonomía (…)”. Sería por tanto, una nueva concepción de la salud para conseguir un sistema sanitario público que también sirva para construir igualdad.
Javier Padilla, médico de atención primaria, organiza su estudio de forma transversal en base a áreas tan diferentes como son la gestión sanitaria, la sociología, o salud pública y la antropología. Y es por ello, nos dice, que no podemos despolitizarla.
En su estudio sobre nuestro sistema público de salud, observa el autor, las dos formas fundamentales de destruirlo, que son expulsar a las personas de menos renta, como ya se hizo con el golpe dado a la universalidad, aún no recuperada totalmente, y la desafección que genera en las personas de mayor renta. Por tanto, blindar la sanidad, es garantizar a todo el mundo el acceso y eliminar el mutualismo para que todo el mundo colabore y disfrute de los beneficios de un sistema público.
Otro de los temas que aborda Padilla es la de los diagnósticos generales pensados por y para los hombres, la necesidad urgente de desmedicalizar la sanidad que choca con la falta de recursos a otros niveles, y la defensa de la creación de una empresa pública farmacéutica que no solo se dedique a aquellos productos que no son rentables para las farmacéuticas privadas sino que lidere otros ámbitos de la investigación.
Por último, trata también la colaboración público-privada dentro del ámbito de la sanidad, lo que en realidad significa una parasitación de facto de la primera por la segunda, ya que la pública sostiene a la privada.
El resumen es que los sistemas sanitarios no son más que la expresión política de las condiciones sociales y la prueba está en el recorte en gasto sanitario que se dio entre 2009 y 2015, lo que demuestra que las políticas de salud y la organización de los sistemas públicos tienen ideología. Esta necesaria politización de la salud, además, pasa por rescatar el carácter colectivo de esta, tanto en la detección de necesidades como en la gestión de los recursos públicos y comunitarios y hacer realidad la transición de lo individual a lo colectivo y de lo médico a lo político.… (mere)